Red Bull puede ganar ese sábado su primer título continental. Su club en Brasil, el Bragantino, afronta la final de la Copa Sudamericana ante el Ath Paranaense (a las 21:00 CET), en el histórico estadio Centenario, de Montevideo. La filial brasileña tiene la oportunidad de situarse en un nivel que ni el Salzburg, ni el Leipzig ni el New York han conseguido.
La ascensión de su proyecto en Brasil ha sido meteórica. En 2019, la empresa de energéticos decidió hacerse con el control del histórico club de la ciudad de Bragança Paulista (a 80 km de Sao Paulo) fundado en 1928.
El Bragantino había tenido su momento de gloria a inicios de los 90, con la dirección de Vanderlei Luxemburgo (que empezó su brillante trayectoria en los banquillos) y Carlos Alberto Parreira. Fue campeón Paulista (1990) y subcampeón del Brasileirao (1991). De allí salieron jugadores como el exdeportivista Mauro Silva, campeón del Mundo en 1994.
En tres años, el Red Bull ha pasado de jugar en la Serie B a debutar en la final de la segunda competición por importancia del continente. Todo lo planificado se está ejecutando según lo prevista en su cronograma: ascenso (2019); clasificación para la Copa Sudamericana en su regreso al Brasileirao (2020); clasificación para la Libertadores, más la posibilidad de ganar un título (2021).
Ahora no lo tendrá fácil en la final ante un especialista copero como el Furaco,campeón del torneo en 2018 y que esta temporada también afronta la final de la Copa o Brasil ante el At. Mineiro de Hulk y Diego Costa.
El éxito del Red Bull brasileño radica en una maciza inversión en fichajes de futbolistas jóvenes, técnicos, con perfil de exportación. En el último año se ha gastado 20 millones de euros, lo que supone más que los cuatro grandes clubes paulistas juntos (Corinthians, Sao Paulo, Palmeiras y Santos). Han llegado contrataciones muy interesantes como el centrocampista Praxedes (Internacional), de 19 años, por el que pagó 6 millones de euros, o el central Natan, de 20 años, que Domènec Torrent descubrió en el Flamengo.
En 2020, se invirtieron otros 20 millones, con futbolistas como el portero Cleiton (At. Mineiro), que a sus 24 años está siendo el mejor del Brasileirao en su posición, o el extremo Artur (Palmeiras),

Su apetito no solo se restringe al mercado brasileño sino a todo el continente. Se ficho al central ecuatoriano Leo Realpe (Independiente del Valle), de 20 años, o el volante uruguayo, Emiliano Martínez, que llegó del Nacional por 4 millones de dólares.
No es una casualidad que el Bragantino cuente con el técnico más joven del Brasileirao, Mauricio Barbieri, de 40 años, que, tras permanecer un año en el banquillo, es el entrenador que más tiempo lleva en un mismo equipo en la élite brasileña.
El Red Bull tiene una propuesta atractiva, ofensiva, de futbol técnico bien jugado, que rompe con el resultadismo que impera desde hace demasiado tiempo en los clubes brasileños. Ya no hay ninguna duda que la próxima fase del proyecto es luchar por el Brasileirao.
Vía sport.es